lunes, 30 de mayo de 2016

Tarta de natillas




Como a casi todo el mundo le gustan las natillas, creo que esta tarta puede ser una receta de éxito seguro en cualquier comida o cena. Y lo mejor viene ahora: este postre no necesita horno. Ahora sí que no tenéis excusa para probar a hacerla.


La receta la saqué de un blog que no conocía, Cuuking. Lo encontré por casualidad, buscando una receta sencillita de una tarta de natillas, porque era el cumpleaños de un amigo y este postre es su favorito, así que había que hacérselo de manera especial.




Si queréis ver la receta original, pinchad aquí.



Y esta es la mía:



INGREDIENTES


Para la base:

100 gramos de mantequilla

Un paquete de galletas


Para el relleno:

750 mililitros de leche

Un sobre de preparado de natillas

130 gramos de azúcar

3 hojas de gelatina neutra

Canela en polvo

PREPARACIÓN

Empezamos preparando la base. Para ello, se trituran las galletas con el mortero o con la picadora. En este segundo caso, tened cuidado de no dejadlas echas polvo, literalmente. Se añade la mantequilla derretida hasta conseguir una pasta que se extienda por toda la base del molde elegido para poner la tarta, cubriendo también las paredes. Pero el molde tiene que estar cubierto con papel de horno, para que no se pegue la base de galletas al aluminio y se pueda desmoldar mejor. Se mete en la nevera para que se enfríe y compacte.
Ahora vamos con el relleno. Se hacen las natillas según se explique en el envase y cuando todavía estén calientes, se añaden las láminas de gelatina, que se habrán hidratado, y se deja reposar.
Sacamos el molde de la nevera y se echa el relleno, que ya estará templado. Se deja enfriar fuera y luego se mete a la nevera hasta que se vaya a servir. Decorar con un poco de canela, al gusto.



OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Cuando preparéis la base de galletas, atentos a cubrir bien el fondo y sobre todo las paredes, para que queden bien altas y no se desborde el relleno. En la nevera termina de endurecer así que se vuelve resistente. Y cubrir el molde con papel de horno permite que luego sea muy muy fácil de desmoldar.

Ante todo, como me pasó a mí, no desesperéis por que se cuaje el relleno. Yo me volví loca pensando que quedaría líquido y eché más gelatina. La experiencia me dice que compréis gelatina y preparado de natillas de alguna marca de confianza, no marcas blancas, que son las que a mí me han dado problemas siempre. No sé si será por mi torpeza entre fogones, pero las recetas con gelatina siempre me aterrorizan, ¡je,je! Aunque sé que al final siempre salen, así que no os asustéis y probar la receta, que siempre sorprende por la presentación. Y de sabor está espectacular…. ¡una manera diferente de comer las clásicas natillas!
 



 

1 comentario:

sstyle dijo...

Bueno no, buenísimo!! Soy fan de las natillas desde que era pequeña :)
Tengo que animarme a hacer esta tarta porque tiene una pinta impresionante!!

Besos!! Susana