miércoles, 6 de mayo de 2009

Bea, adoradora del jengibre

Lo confieso, he descubierto esta especia y me ha enganchado, ¡qué aroma!, ¡qué sabor! Realmente especial. Este amor por el jengibre surgió hace poco, gracias a, puedo decir, creo, ya amiga, Akane, del blog Albahaca y canela, una repostera como la copa de un pino que además se acaba (o está a punto) de licenciar en Historia del Arte. Ella sí que tiene arte con los bizcochos, entre otras cosas, además de mucha paciencia con mis dudas culinarias.
El caso es que esta murciana colgó un día su pastel de ciruelas en el blog y yo me quedé prendada de la receta, sobre todo por el streusel, del que nunca había oído hablar, que coronaba el bizcocho. Eso sí, no tenía ciruelas, pero tenía la imperiosa necesidad de probarla cuando antes y cambié de fruta, la mejor de esta temporada. Así surgió el PASTEL CON STREUSEL DE FRESAS.
Como ya había “tuneado” bastante la receta, decidí esta vez respetar el resto de ingredientes y, entre ellos, estaban dos especias que nunca, nunca, había entrado en mi cocina: la nuez moscada y el jengibre. Y las compré, aun a riesgo de tener ambos botes muertos de risa durante años en lo más profundo de mi despensa. Qué gran decisión, he repetido este pastel ya varias veces y siempre me sorprende ese sabor y el olor que dejan estas especias en mis dedos, en el horno, en toda la cocina…una delicia. Gustó la primera vez que lo hice, gustó cuando se lo regalé a mi madre, gustó el día de la comida de mi cumpleaños y gustó este pasado puente de mayo. ¿Qué más tengo que decir para que os animéis?
Ahora estoy a la búsqueda y captura de nuevas recetas con jengibre. Se admiten sugerencias.




Si queréis ver la receta original de Akane, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
Para el bizcocho:
145 gramos de harina de repostería
1 cucharadita de levadura en polvo
½ cucharadita de bicarbonato
½ cucharadita de sal
60 gramos de mantequilla
115 gramos de azúcar
1 cucharada de azúcar vainillado
2 huevos
125 mililitros de leche
10 fresas
Para el streusel:
50 gramos de harina de repostería
¼ cucharadita de jengibre en polvo
¼ cucharadita de nuez moscada
40 gramos de mantequilla fría
55 gramos de azúcar
20 gramos de almendra laminada


PREPARACIÓN
Lo primero es preparar las fresas. Se lavan, se les quita la hoja y se cortan en láminas. Reservar.
En un recipiente, se tamiza conjuntamente la harina, la levadura en polvo, el bicarbonato y la sal. Reservar.
En un bol hondo, mezclar la mantequilla, blandita, con los dos tipos de azúcar, hasta que se mezcle bien. Añadir los huevos y seguir batiendo hasta que quede una masa esponjosa.
Ahora, en varias tandas, se le va echando a la mezcla un poco del recipiente donde están tamizados los ingredientes secos y un poco de leche, para ir integrando todo poco a poco.
Poner a precalentar el horno a 200ºC.
Preparar el molde donde se vaya a hacer el bizcocho. Ahí se echa la mezcla y luego, con cuidado, se colocan encima las láminas de fresa, hasta cubrir toda la mezcla.


Ahora es el momento de hacer el streusel:
En un plato hondo, se echan todos los ingredientes: harina, jengibre, nuez moscada, azúcar, almendra laminada y la mantequilla, desmenuzada pero fría. Se empieza a trabajar con los dedos, mezclando todo bien, hasta que quede una masa harinosa, parecida al pan rallado.
Esa mezcla se esparce por encima de las fresas y se mete el molde al horno, bajando la temperatura a 180ºC, durante 40-50 minutos.

El pastel estará listo cuando el streusel se haya dorado y al pinchar el bizcocho, el pincho salga limpio.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Si no tenéis azúcar vainillada, no pasa nada, echad si queréis un poco más de azúcar blanca normal y problema resuelto.

La verdad es que cuesta un poco, os aviso (o, por lo menos a mí), el mezclar bien la mantequilla con el azúcar. Para ablandarla, podéis usar un tenedor, para “machacarla” un rato o, más rápido, meter en el microondas.

Si algo he aprendido en este tiempo, es lo bien que viene una espátula para integrar la harina a la masa. Usadla en vez de la batidora o varillas para integrar la harina y la leche a la mezcla de huevos, mantequilla y azúcar. Se hace mucho mejor y es más limpia, de verdad.

Tened cuidado al poner las fresas sobre la masa, para que no se os hundan hasta el fondo…aunque, en realidad, da igual, así podéis encontraros una sorpresa en alguno de los mordiscos que deis a este delicioso pastel.

Que no os dé miedo hacer el streusel, es verdaderamente sencillo. Sólo hay que mezclar con los dedos un rato y pronto se consigue esa pasta harinosa que se pretende. No hace falta, además, que la mantequilla se deshaga del todo, es mejor, incluso, que queden grumos.

Ya sé que yo soy la primera en adaptar una receta a mis gustos o ingredientes que tenga ese momento en casa, pero, si podéis, haced el streusel con TODOS los ingredientes, desde las especias hasta la almendra laminada. Por lo menos para probar una vez… y darme la razón de que está buenísimo!!!

2 comentarios:

Liliana Fuchs dijo...

Ya veo que el resultado de usar en la receta fresas no podía ser mejor, ¡qué pinta más rica!
Me alegro muchísimo de que finalmente te animaras a probar tu propia versión y que te haya gustado (y que gustara a quienes lo probaron). Hace ilusión ver que otra persona descubre nuevas recetas a partir de las cosillas que yo voy publicando :) y más aún si encima te has convertido en fan del jengibre como yo :D
Es una especia genial, la descubrí hace pocos años pero desde entonces me es imprescindible para la repostería y otros dulces. Normalmente se asocia más a tiempos fríos, a la Navidad (tienes que probar las próximas fiestas a hacer los tradicionales Gingerbread Men), pero yo la uso todo el año. Por cierto, en platos salados también aporta buenos toques ;) Lo mejor es ir experimentando.

Bueno, de nuevo, me alegro de que te haya gustado :) Y por supuesto ya puedes contar con esta murciana como una amiga más ^_^

Un abrazo

Bea la cocinillas dijo...

Akane,
ya ves, estás creando escuela, jeje! Deja de publicar recetas tan ricas, porque las quiero hacer todaaaaaaasssssss!!!!!
Besos