viernes, 29 de mayo de 2009

Bea copia hasta a los amigos

Pues sí, qué pasa, que una a veces tiene ideas propias, pero otras (la mayoría) a copiar sea dicho. Casi siempre de blogs culinarios, pero alguna que otra de amigos que te invitan a comer o cenar y ahí estás tú preparada con la libreta y, sobre todo, con el estómago, que lo tengo muy agradecido, que conste. Además, esta vez voy a aprovechar la oportunidad para, además de plagiar a mi amiga Henar, felicitarla desde aquí, porque… ¡hoy es su cumpleaños! Así que MUCHAS FELICIDADES y a disfrutar de tus 26 añazos (que son los que aparentas, por supuesto).

Y ahora, vamos con la receta, la primera ensalada del blog, que no la última. Se trata de ENSALADA DE GULAS Y BEICON y, por cierto, creo que es plagio de plagio, pero a quién le importa, ¡ja,ja!


INGREDIENTES

1 bolsa de canónigos

250 gramos de beicon en tiras

2 bandejas pequeñas de gulas congeladas

50 gramos de nueces

1 diente de ajo

Aceite

Vinagre de Módena

Sal


PREPARACIÓN

Primero, descongelar las gulas. En una sartén se fríe el beicon cortado en tiras hasta que quede crujiente.

En la sartén se fríe un poco el diente de ajo, cortado finito, con un poco de aceite y después se vierten las gulas y se remueven un poco para que se calienten y cojan sabor.

En una ensaladera honda se echan los canónigos y encima, todavía caliente, el beicon y las gulas.

Se añaden las nueces picadas y se aliña al gusto. ¡Ya está lista para comer!

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO

Como veis, tiene poco misterio esta ensalada, pero la mezcla de sabores y el que sea templada la hacen especial.


Si queréis manchar menos la cocina, se puede hacer el beicon en el microondas. Se corta en tiras, se pone en un plato, se tapa y se mete unos dos minutos, hasta que se haga.


La gulas sólo hay que calentarlas un poco en la sartén, con cuidado de que el ajo no se queme. Si os gusta, lo añadís también a la ensalada.


El aliño se puede poner el que más guste, pero, personalmente, creo que el vinagre de Módena es el que más le “pega” a los canónigos.




martes, 26 de mayo de 2009

Bea y el amor a primera vista

Sí, eso es lo que me pasó hace poco, cuando estaba navegando por mis blogs de cocina favoritos y me topé con esta receta de Carmelilla, de Mis recetas de cocina.

Este CHINOIS DE CREMA me dejó totalmente absorta y, ¡por dios, tenía que hacerlo yaaaaaa!!!!!! Fue, como digo, amor a primera vista. Y un amor, podría decir ahora que he repetido la receta varias veces, ya consolidado. Y creo que lo puede corroborar la gente que lo ha probado, no porque yo sea una gran cocinera, todavía sigo en “cocinillas”, y lo que me queda, sino porque está realmente bueno.

Queda una masa muy tierna, con una miga espectacular y, encima, con el “plus” de la crema. Delicioso. Un amigo me dijo que le recordaba a las raquetas de las pastelerías, para que os hagáis una idea del sabor.

A Carmelilla está visto que le sienta de maravilla los aires de El Bierzo, porque cada receta suya es toda inspiración para los que estamos empezando en esto…y más si son cosas dulces, claro.


Si queréis ver la receta original de Carmela, pinchad aquí.


Y esta es la mía:


INGREDIENTES

Para la masa:

375 gramos de harina de fuerza

1 sobre de levadura seca de panadero

50 gramos de mantequilla

50 gramos de azúcar

1 huevo

100 gramos de yogur natural

50 mililitros de leche

2 cucharaditas de esencia de vainilla (opcional)

1 cucharada de miel (opcional)


Para la crema:

400 mililitros de leche

1 sobre de Flanín o similar

100 gramos de azúcar


PREPARACIÓN

En un bol, se mezcla la harina con la levadura seca. Encima, se añade la mantequilla derretida, el yogur, el huevo, la leche, el azúcar y, si se desea, la esencia de vainilla y la miel.


Con las manos, se amasa hasta que se integren todos los ingredientes y se obtenga una masa elástica. Si se necesita, se le añade un poco más de harina.

Se tapa el bol con un paño y se deja en un lugar templado para que doble su volumen durante, aproximadamente, una hora.

Mientras tanto, se prepara la crema para rellenar el bollo. Para ello, se separan 100 mililitros de leche de los 400 que se necesitan en un vaso y allí se disuelve el sobre de Flanín y el azúcar. En un cazo, se ponen los 300 mililitros restantes y se cuece un poco la leche. Cuando comience a hervir, se separa del fuego y se le añade el vaso de leche con el Flanín y el azúcar.

Se vuelve a poner a fuego lento y se remueve constantemente con una cuchara de palo, hasta que la crema espese.

Se quita del fuego y se reserva.

Una vez que la masa haya doblado su volumen, se vuelve a amasar, esta vez en una superficie lisa, para quitarle el aire y se extiende con la ayuda de un rodillo para formar un rectángulo.

Ahora se extiende sobre ese rectángulo la crema, que ya estará templada.

Con mucho cuidado, para que no se salga demasiado la crema por los lados, se enrolla la masa como si fuera un brazo de gitano. Con un cuchillo afilado, se corta la masa en 7 u 8 rulos de unos tres dedos de grosor.

En un molde redondo, engrasado, se ponen con cuidado los rulos, alrededor y en el medio, como se ve en la foto:

Otra vez se dejan en un lugar templado para que la masa vuelva a doblar, esta vez durante alrededor de media hora.

Se precalienta el horno a 200ºC y se mete el molde durante media hora para que salga así de espectacular.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO


Antes de nada, no os voy a engañar, es un poco engorroso, sobre todo a la hora de enrollar la masa con la crema dentro. La primera vez que lo hice, creí que mandaba todo a la m… Pero luego me calmé, respiré profundamente y me resigné a tener que limpiar después toda la encimera pringada de crema. Eso sí, cuando probé el primer bocado tan tierno, se me olvidó todo lo pasado, ¡ja,ja! Así que no desesperéis, como casi hice yo, y animaros. Si no, fijaos en mí, no sé cuántos llevo hechos ya… ¡y no me canso!


Cuando estéis haciendo la masa, veréis que se integran todos los ingredientes bastante bien, en poco rato, y, además, apenas hay que añadir harina extra, porque es una masa nada pegajosa. Así, también es fácil de amasar después del primer levado en la encimera, no hay que enharinarla, porque no se pega.


La masa es bastante elástica y ahí radica el pequeño problemilla para estirarla. Al final se consigue, pero cuesta un poco (por lo menos a mí) conseguir un rectángulo grande con el rodillo, porque parece un chicle la “jodía” y se vuelve a encoger. Ya sabéis, contad hasta diez y duro con el rodillo, que no os supere este pequeño bache, ¡je!


Para que la masa suba bien las dos veces, lo ideal es precalentar el horno a 50ºC cinco minutillos, con eso basta, y dejar la masa ahí dentro, que repose, con el horno ya apagado. Ya veréis qué bien sube. El primer levado es de aproximadamente una hora y el segundo, con media bastará. Así lo hice yo la primera vez, a la manera tradicional, pero, oye, que he descubierto el programa de amasado de mi súper panificadora y es una maravilla. ¿Me estaré volviendo una vaga? Qué va…sólo que hay que amortizar los regalos, ¿no?


Insisto en el cuidado al cortar el rulo de masa relleno de crema. Utilizad un cuchillo que corte bien e intentad no apretar mucho la masa para que no pierda mucha crema. Eso sí, yo lo que he hecho alguna vez es recoger la crema “perdida” y, ni corta ni perezosa, volvérsela a poner, aunque sea por encima. Aquí no se desaprovecha nada.


He usado para este chinois moldes redondos de usar y tirar y la verdad es que son muy prácticos, os los recomiendo. Sobre todo si lo hacéis para llevar a algún sitio o para regalar. Así se termina (ya veréis cómo vuela) y se tira el molde sin más preocupación. Eso sí, no se os olvide engrasarlo un poco (con aceite o mantequilla derretida) para que luego se pueda despegar bien.


Si veis que el chinois se está quemando mucho por arriba, cubrirlo con un trozo de papel de aluminio para que no se tueste más, mientras se sigue haciendo el resto. Yo ni lo pinté por arriba con huevo batido ni le eché mermelada de albaricoque, como dice en la receta original, pero seguro que así queda incluso más bonito y rico.


Para hacerlo necesitáis más o menos dos horas y media, para que os hagáis una idea. Al menos, eso es lo que tardé yo. ¡Ah! El olor que sale del horno es una maravilla también y, si con todo esto no os he convencido, una última foto, de lo tierna que es la miga, para que os terminéis de animar. Mirad, mirad, si se ve la cremita y todo, ¡hummmmm! Además, si lo probáis todavía calentito, no sé yo si llegará al día siguiente para el desayuno….¡Buen provecho!

Esta receta va dedicada a mi sobri Pablete, el más guapo y simpático de todos los niños,que hoy cumple nada menos que un añito. ¡¡¡Muchas felicidades!!! y que sepas que tu tía te va a hacer todos los chinois y bizcochos que quieras, ¡ja,ja!

sábado, 23 de mayo de 2009

Bea y el postre fácil (si no se te olvida el azúcar)

Aquí os dejo hoy otro plato dulce, un postre que queda muy rico y, lo que es más importante y esencial en este blog, sencillo de hacer. Eso sí, no hay que olvidar un paso muuuuy importante, como postre que es, lleva azúcar. Es que la última vez que hice este plato sufrí el lapsus, achacable a mis nervios de tener que hacer comida para doce, puedo poner de excusa, ¡je,je!, de olvidarme del azúcar, y me quedó un poco soso. Pero os puedo asegurar que, si se hace correctamente queda un FLAN DE QUESO bien rico.
La receta la saqué del blog culinario más cachondo de la web, Pan pa hoy… y hambre pa mañana, escrito con el estilo especial de Julio, que tiene tanto arte y gracia explicando las cosas como preparando platos de auténtico chef profesional. Yo, por supuesto, sólo me he atrevido con esta receta facilita, en la que, por cierto, me excuso así de nuevo públicamente a mis doce comensales de mi comida de cumpleaños, al colega también se le olvidó el detalle de poner que el azúcar era uno de los ingredientes, ¡ejem!. Y es que yo, como cocinillas novata que soy, sigo las instrucciones de mis “maestros” paso a paso, sin cuestionar ninguno, ¡ja,ja!.
Dad una vueltilla por el blog de Julio y ya veréis cómo os engancha. Humor y cocina de la mejor calidad.

Si queréis ver la receta original de Julio, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
1 sobre de preparado para flan
2 sobres de preparado para cuajada
1 bote pequeño de nata líquida (200 mililitros)
1 vaso y ½ de leche
100 gramos de queso mascarpone
Azúcar

PREPARACIÓN
En el vaso de la batidora, se echa el preparado de flan, el de cuajada, la nata líquida, el azúcar y la leche. Se bate bien para que se mezcle y se pasa luego a un cazo, para que hierva.
Cuando haya dado un pequeño hervor, se vuelve a echar la mezcla en el vaso de la batidora y ahora se añade el queso mascarpone.
Ahora sólo queda verter el contenido en los vasos o flaneras donde se vaya a presentar para tomar. Depende del tamaño de los recipientes, pero esta receta da para hacer de cuatro a seis flanes individuales.
Se dejan enfriar alrededor se seis horas, para que cuaje bien y ¡listo para tomar!


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Como veis, es una receta muy sencilla, así que apenas hay que dar consejos:
El más importante, como ya os imaginaréis, es no olvidaros del azúcar, ¡ja,ja! La cantidad recomendada será la que ponga en el paquete del preparado de flan o de cuajada, pero si os gusta bien dulce, añadidle un poco más. Si se os olvida como a mí (aunque, con la paliza que estoy dando con el tema, seguro que no), una opción, después de pedir perdón a los invitados, es que cada uno le añada el azúcar que quiera y remueva. El flan se convierte en algo más parecido a las natillas, pero es más comestible.

Dejad que la mezcla en el cazo dé un hervor, porque así se cuajará mejor cuando se esté enfriando. Si no, quedará menos consistente.

Si os gusta el caramelo líquido en el flan, podéis echar un poco en los vasos donde vayáis a servirlos antes de verter la mezcla.

martes, 19 de mayo de 2009

Bea descubre nuevas verduras

No tengo problema con lo verde, me gusta todo tipo de verduras, están riquísimas de cualquier manera, sobre todo en ensalada o hervidas y aliñadas con un poco de aceite, nada más. Pero en casa nunca había entrado el brécol (¿brécol?, ¿brócoli?) y tenía ganas de probarlo. Además, me parece una verdura bien bonita, como un ramo, con un verde tan intenso. El caso es que estuve buscando en el ciberespacio cómo hacerlo y me topé con una receta de lo más apetecible: BRÉCOL CON BEICON Y NUECES, del blog de Rosa, Bocados dulces y salados, una verdadera preciosidad de la que aprendo un montón de cositas. Sólo pasarse por ahí a ver fotos es todo un lujo, ¡qué maravilla!
Sí, ya sé que hay, seguro, formas más sanas de comer verdura, pero me atraía la idea de probar algo nuevo y de manera diferente. ¿El resultado? Delicioso. Incluso me atreví a “innovar” y añadir uvas pasas a la receta, por si no había suficientes calorías extra, ¡je,je!

Si queréis ver la receta original de Rosa, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
500 gramos de brécol
150 gramos de beicon
12 nueces picadas
Un puñado de uvas pasas
Mostaza
Vinagre de Módena
Aceite de oliva
Sal

PREPARACIÓN
Lo primero de todo es hervir la verdura. Se le quita el tallo y se separan los ramitos. Todo eso se pone a hervir en agua con sal alrededor de media hora. El brécol estará listo si está blando al pincharlo. Se escurre y se reserva.
Se corta en tiras el beicon y se fríe en la sartén o se mete unos minutos en el microondas.
Para hacer la salsa de aliño, se vierten dos cucharaditas de mostaza en un bol y se le añade el vinagre, el aceite y la sal. Se mezcla todo para conseguir una salsa homogénea.
Para preparar el plato, primero se echa la verdura, que debe estar calienten y, sobre ella, la salsa, las nueces picaditas, el beicon frito y el puñado de uvas pasas.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Lo más “complicado” aquí de hacer es la salsa del aliño. A mí la primera vez me quedó muy fuerte, con mucha mostaza. Así que lo mejor que se puede hacer es ir echando poca cantidad de cada ingrediente, mezclar e ir probando para ver si tiene poca sal, poco vinagre…y añadir hasta que esté al gusto.

Por supuesto, el añadir las nueces, el beicon y las uvas pasas es totalmente opcional, pero la verdad es que la mezcla de texturas y contrastes de sabores dulces y salados hacen que la verdura tenga un toque especial.

jueves, 14 de mayo de 2009

Bea y un nuevo bizcocho (por variar)


Por fin llega la receta del bizcocho que creo que más éxito tuvo entre mis amigos en la escapada de hicimos en el Puente de Mayo. O eso deduje, porque fue el primero que se acabó, aunque, claro, también era el más pequeño, sobre todo si lo comparamos con el súper roscón de Reyes, ¡ja,ja!
Este BIZCOCHO DE CREMA CATALANA es uno de los más jugosos que he probado y con un sabor muy intenso. Si os gusta la crema catalana, este es vuestro bizcocho. Como tantas otras recetas, está sacada de una de las biblias culinarias de la web, el Recetario de Canecositas, del que ya os he hablado. Sólo os recordaré una cosa: IM-PRES-CIN-DI-BLE.


Si queréis ver la receta original de Alicia, buscadla aquí, ella lo llama bizcocho de mascarpone y licor crema catalana.

Y esta es la mía:




INGREDIENTES
4 huevos
200 gramos de azúcar
1 tarrina de queso mascarpone
100 gramos de licor de crema catalana
80 gramos de aceite de girasol
200 gramos de harina
1 sobre de levadura Royal
1 pizca de sal

PREPARACIÓN
Primero se separan las yemas de las claras y se baten a punto de nieve estas últimas. Reservar.
En el bol de la batidora se vierte el queso mascarpone, las yemas y el azúcar y se bate hasta que quede todo integrado. Se añade el aceite de girasol y el licor de crema catalana y se vuelve a batir.
Ahora, con una espátula, se va mezclando poco a poco la harina y la levadura a la mezcla.
Precalentar el horno a 180ºC.
Por último, se añaden las claras a punto de nieve que estaban reservadas y se mezcla con cuidado, también con la espátula.
El molde que se vaya a utilizar para el bizcocho se engrasa con un poco de aceite o se cubre con un papel de horno, para que luego no se pegue, y se vierte la mezcla.


Se mete al horno sobre media hora y ya está listo.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que es un bizcocho la mar de sencillo y no tiene más complicación si se siguen las instrucciones, que, como veis, no son tan difíciles. Sólo dos consejitos:

Intentad que todos los ingredientes se mezclen bien, sobre todo el azúcar, y mejor, ya lo sabéis de otras recetas, si se tamiza primero la harina, para que caiga más fina y se integre mejor.

El tiempo de horneado es media hora, pero quizá necesite más tiempo en vuestro horno, por la mezcla, con el licor, parece un poco más líquida que la de otros bizcochos. Pero no desesperéis, pinchad con un palillo y si sale limpio, es que ya está. No os preocupéis si veis que se tuesta mucho por arriba, cuando lo cortéis, comprobaréis que por dentro está muy, muy blanquito y, sobre todo, muy tierno y jugoso. ¡Buen provecho!

lunes, 11 de mayo de 2009

Bea regresa a las recetas sencillas

Bueno, la verdad es que nunca me he ido de ellas, quiero decir, lo que he publicado hasta ahora no ha sido nada muy complicado, porque ese es el lema de este blog culinario, pero quizá han sido cositas más especiales que a más de uno le han echado para atrás. Así que, como no quiero perder lectores principiantes y temerosos del poder de los fogones, ¡je,je!, aquí va una receta súper sencilla para que os animéis a hacer vuestras primeras MADALENAS DE NATA.

Esta receta la he sacado de un blog al que le tengo mucho cariño, el de Vanesa Sierra, Mis deseos más dulces. Es también uno de los primeros que visité y, creo, que fue el “culpable” de mi fiebre por los bizcochos y demás. Es que tiene cosas taaaaaaan ricas, que hay que probarlas todas para poder comprobar por uno mismo que sí, que son tan buenas como aparecen en las fotos. Tras un descanso, Vanesa ha vuelto, de lo que me alegro un montón, y con estas madalenas, así que qué mejor homenaje que probar a hacerlas, ¿no?


Si queréis ver la receta original de Vanesa, pichad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
350 gramos de harina de trigo
250 gramos de azúcar
250 gramos de aceite de girasol
100 gramos de nata líquida
1 sobre de levadura Royal
4 huevos

PREPARACIÓN
Lo primero de todo, se tamiza la harina junto con la levadura Royal y se reserva.
En un bol aparte, se baten los huevos, se le añade el azúcar y se sigue batiendo para que se integre bien y se ponga espumoso y crezca. A continuación, se le añade la nata, se mezcla bien y se le incorpora el aceite de girasol.
Cuando estén todos estos ingredientes integrados, es hora de añadir la harina tamizada junto con la levadura. Para ello, se echa poco a poco y, con una espátula, se va integrando.
Poner el horno a precalentar a 180ºC.
En una bandeja de horno se colocan los papelillos para las madalenas y se llenan con la mezcla, más o menos ¾ de su capacidad. Cuando la bandeja esté completa, se mete al horno y las madalenas se harán en un cuarto de hora.

OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Un reto de todo cocinillas principiante, por lo menos en mi caso, es lograr que a las madales les salga “copete”, es decir, que crezcan un poco para arriba y que queden como las que se ven en las tiendas. A mí no me ha salido nunca, salvo en esta última ocasión. Siempre me quedan un pelín desparramadas, pero no sufráis por eso, de sabor están estupendas.
Mirad las dos fotos para ver la diferencia:

No me preguntéis qué hice en esta ocasión. Yo creo que fue el usar moldes más pequeños de los habituales, por lo que había menos masa y quizá en vez de irse hacia los lados, por el peso, decidió irse hacia arriba esta vez. O que llené menos los moldes. ¡Hala!, a hacer la prueba y ya me contaréis.
Eso sí, si queréis conocer el fantástico truco que ha descubierto Vanesa, pinchad en su receta. Yo todavía no lo he probado, pero si ella dice que funciona, funciona.

Queda de muy “profesional”, y no cuesta nada, el echarle por encima de la madalena, antes de meterla al horno, una pizca de azúcar. Así luego queda esa capa crujiente por encima, que le da un toque especial.

La primera vez que hagáis madalenas en vuestro horno estad atentos para ver cuánto se tardan en hacer, porque, por ejemplo, he puesto un cuarto de hora, pero quizá algunos necesiten más tiempo y en otros se haga antes. Así ya lo sabréis para la próxima vez.

Con esta receta salen aproximadamente 24 madalenas de tamaño normal. Yo alguna vez, cuando no quiero hacer tantas, pongo la mitad de los ingredientes y me sale una docena (que, para dos personas, ya está bien, ¿no?).


viernes, 8 de mayo de 2009

Bea estrena nueva amiga

Pues sí, por fin pude estrenar a mi nueva mejor amiga, la panificadora, ¡ja,ja!. Después de estar dándole la lata a Rosa, de Bocados dulces y salados, donde vi un BRIOCHE para quitarse el sombrero (¡qué fotos hace esta mujer!), me entró el canguelo por si no me salía bien con su receta, ya que teníamos distintas marcas de panificadora, y decidí empezar por lo sencillo, es decir, siguiendo las cantidades de ingredientes que aconsejaban las instrucciones de mi maquinita, por si acaso. Eso sí, le añadí la cucharada de agua de azahar que ella aconsejaba.
Yo, por mi parte, aconsejo que visitéis el blog de Rosa, es uno de los más bonitos del ciberespacio y, aunque no vayáis a hacer ninguna receta, siempre es agradable pasear por allí, tanto dulce como salado, es toda una maestra, de verdad. Muchas gracias por tus consejos y paciencia, Rosa.
¿Y mi primera experiencia con la panificadora? Pues de todo un poco, porque, al principio, cuando metes los ingredientes y eso empieza a funcionar, parece que no va a ligar los huevos con la harina, la mantequilla y demás nunca, y te dices “no, si habría sido mejor hacerlo a mano, que tardo menos”. Pero luego, todo es una maravilla. Te olvidas de que está enchufado y funcionando y, a las tres horas, tienes un brioche de lo más rico. Vamos, que repito seguro, menudos desayunos de fin de semana me voy a pegar, ¡je,je! Y ya estoy deseando probar cositas nuevas para seguir experimentando. Quizá un buen pan la próxima vez…

Si queréis ver la receta original de Rosa, pichad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
2 huevos
150 gramos de mantequilla
60 mililitros de leche
1 cucharada de agua de azahar
1 cucharadita de sal
3 cucharadas de azúcar
365 gramos de harina de fuerza
2 cucharaditas de levadura seca de panadero


PREPARACIÓN
Muuuuuy sencilla: se meten todos los ingredientes en la cubeta por este orden, mantequilla, huevos, leche, agua de azahar, sal, azúcar, harina y levadura. Se programa y se va uno a hacer lo que quiera hasta que termine el cacharro.
Yo hice un brioche de 750 gramos con la corteza de un dorado medio.

Aquí os dejo unas fotos para que veáis la evolución del proceso:

Primero, todos los ingredientes metidos en la cubeta, antes que encajarla en la panificadora

La panificadora, una vez puesta en marcha, va amasando los ingredientes

Una vez obtenida la masa, la hace levar antes de hornear
Y este es el resultado una vez finalizado el proceso...la verdad es que me quedó un poco amorfo, pero bueno.

Cuando está frío, se parte en rebanadas para dejarlo más "curioso"

A mí particularmente me gusta acompañado de mantequilla y mermelada para desayunar, ¡hum!, se me hace la boca agua sólo de pensarlo.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La verdad es que no tiene ningún misterio, sólo os diré que tengáis paciencia, que, aunque no lo parezca al principio, la máquina lo amasa, lo leva, lo hornea…¡todo! Seguid bien las instrucciones de uso de vuestra panificadora (yo me las estuve casi estudiando días antes, por si acaso) y experimentad sin miedo, que algo saldrá.

Supongo que también se puede hacer el brioche “a mano”, pero no sabría deciros ni el tiempo que tiene que estar reposando la masa para que leve ni el tiempo de horneado. Si os atrevéis, ya me contaréis, no creo que sea muy difícil. Todo es probar.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Bea, adoradora del jengibre

Lo confieso, he descubierto esta especia y me ha enganchado, ¡qué aroma!, ¡qué sabor! Realmente especial. Este amor por el jengibre surgió hace poco, gracias a, puedo decir, creo, ya amiga, Akane, del blog Albahaca y canela, una repostera como la copa de un pino que además se acaba (o está a punto) de licenciar en Historia del Arte. Ella sí que tiene arte con los bizcochos, entre otras cosas, además de mucha paciencia con mis dudas culinarias.
El caso es que esta murciana colgó un día su pastel de ciruelas en el blog y yo me quedé prendada de la receta, sobre todo por el streusel, del que nunca había oído hablar, que coronaba el bizcocho. Eso sí, no tenía ciruelas, pero tenía la imperiosa necesidad de probarla cuando antes y cambié de fruta, la mejor de esta temporada. Así surgió el PASTEL CON STREUSEL DE FRESAS.
Como ya había “tuneado” bastante la receta, decidí esta vez respetar el resto de ingredientes y, entre ellos, estaban dos especias que nunca, nunca, había entrado en mi cocina: la nuez moscada y el jengibre. Y las compré, aun a riesgo de tener ambos botes muertos de risa durante años en lo más profundo de mi despensa. Qué gran decisión, he repetido este pastel ya varias veces y siempre me sorprende ese sabor y el olor que dejan estas especias en mis dedos, en el horno, en toda la cocina…una delicia. Gustó la primera vez que lo hice, gustó cuando se lo regalé a mi madre, gustó el día de la comida de mi cumpleaños y gustó este pasado puente de mayo. ¿Qué más tengo que decir para que os animéis?
Ahora estoy a la búsqueda y captura de nuevas recetas con jengibre. Se admiten sugerencias.




Si queréis ver la receta original de Akane, pinchad aquí.

Y esta es la mía:

INGREDIENTES
Para el bizcocho:
145 gramos de harina de repostería
1 cucharadita de levadura en polvo
½ cucharadita de bicarbonato
½ cucharadita de sal
60 gramos de mantequilla
115 gramos de azúcar
1 cucharada de azúcar vainillado
2 huevos
125 mililitros de leche
10 fresas
Para el streusel:
50 gramos de harina de repostería
¼ cucharadita de jengibre en polvo
¼ cucharadita de nuez moscada
40 gramos de mantequilla fría
55 gramos de azúcar
20 gramos de almendra laminada


PREPARACIÓN
Lo primero es preparar las fresas. Se lavan, se les quita la hoja y se cortan en láminas. Reservar.
En un recipiente, se tamiza conjuntamente la harina, la levadura en polvo, el bicarbonato y la sal. Reservar.
En un bol hondo, mezclar la mantequilla, blandita, con los dos tipos de azúcar, hasta que se mezcle bien. Añadir los huevos y seguir batiendo hasta que quede una masa esponjosa.
Ahora, en varias tandas, se le va echando a la mezcla un poco del recipiente donde están tamizados los ingredientes secos y un poco de leche, para ir integrando todo poco a poco.
Poner a precalentar el horno a 200ºC.
Preparar el molde donde se vaya a hacer el bizcocho. Ahí se echa la mezcla y luego, con cuidado, se colocan encima las láminas de fresa, hasta cubrir toda la mezcla.


Ahora es el momento de hacer el streusel:
En un plato hondo, se echan todos los ingredientes: harina, jengibre, nuez moscada, azúcar, almendra laminada y la mantequilla, desmenuzada pero fría. Se empieza a trabajar con los dedos, mezclando todo bien, hasta que quede una masa harinosa, parecida al pan rallado.
Esa mezcla se esparce por encima de las fresas y se mete el molde al horno, bajando la temperatura a 180ºC, durante 40-50 minutos.

El pastel estará listo cuando el streusel se haya dorado y al pinchar el bizcocho, el pincho salga limpio.
OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
Si no tenéis azúcar vainillada, no pasa nada, echad si queréis un poco más de azúcar blanca normal y problema resuelto.

La verdad es que cuesta un poco, os aviso (o, por lo menos a mí), el mezclar bien la mantequilla con el azúcar. Para ablandarla, podéis usar un tenedor, para “machacarla” un rato o, más rápido, meter en el microondas.

Si algo he aprendido en este tiempo, es lo bien que viene una espátula para integrar la harina a la masa. Usadla en vez de la batidora o varillas para integrar la harina y la leche a la mezcla de huevos, mantequilla y azúcar. Se hace mucho mejor y es más limpia, de verdad.

Tened cuidado al poner las fresas sobre la masa, para que no se os hundan hasta el fondo…aunque, en realidad, da igual, así podéis encontraros una sorpresa en alguno de los mordiscos que deis a este delicioso pastel.

Que no os dé miedo hacer el streusel, es verdaderamente sencillo. Sólo hay que mezclar con los dedos un rato y pronto se consigue esa pasta harinosa que se pretende. No hace falta, además, que la mantequilla se deshaga del todo, es mejor, incluso, que queden grumos.

Ya sé que yo soy la primera en adaptar una receta a mis gustos o ingredientes que tenga ese momento en casa, pero, si podéis, haced el streusel con TODOS los ingredientes, desde las especias hasta la almendra laminada. Por lo menos para probar una vez… y darme la razón de que está buenísimo!!!