miércoles, 15 de abril de 2009

Bea y el postre (casi) perfecto

Si he repetido veces un postre desde que empecé a experimentar en la cocina este es, sin duda, el BROWNIE. Muy fácil de hacer y que gusta a (casi) todos. Por eso digo que es el postre (casi) perfecto, a no ser que entre vuestros comensales haya alguien a quien no le guste el chocolate. Y sé que existen, yo tengo una amiga (un saludo, Clara). Si no, no me lo creería, la verdad, ¡je, je! Menos mal que hay postres alternativos.
Pero si a todos les gusta el chocolate, no dudéis en hacerlo, porque es muy, muy sencillo y tiene un sabor delicioso, conjuntado con el del helado que lo corona, ¡hummmm!
La verdad es que ya no me acuerdo de dónde saqué esta receta, fue mucho antes de que descubriera el maravilloso mundo de los blogs de cocina, así que no puedo poner esta vez la referencia. He probado con otras recetas de brownies sacados de distintos blogs, pero la más fácil y la que siempre queda bien es esta, os lo aseguro. Así que la comparto con todos vosotros.

INGREDIENTES

125 gramos de chocolate de postre
220 gramos de mantequilla
4 huevos
220 gramos de azúcar
70 gramos de harina normal
50 gramos de nueces troceadas

PREPARACIÓN
Poner en un bol el chocolate troceado y la mantequilla y meterlo en el microondas para que se deshaga. Probar dos minutos para ver si se deshace todo bien y si no, pues lo volvéis a poner unos segundos más. Remover con una cuchara para que se una todo bien cuando se saque del microondas y reservar.
En otro recipiente, echar los huevos y el azúcar y batir hasta que se mezcle bien. Después, añadir la harina y volver a batir para que se integre. Por último, verter la mezcla del chocolate y la mantequilla derretidos. Cuando esté todo bien mezclado, echar las nueces troceadas.
Todo esto se vierte en el recipiente que se vaya a meter en el horno, que estará precalentado a 180ºC. Se puede encender cuando, por ejemplo, se vaya a echar la harina y en ese ratito, hasta que terminéis de batir todo, se calienta.
El brownie tiene que estar alrededor de 25 minutos en el horno para que se haga. Para comprobar si está hecho, ya sabéis, a pinchar con un palillo para ver si sale limpio. Esa es la señal de que ya está listo.


OBSERVACIONES PARA PRINCIPIANTES COMO YO
La mantequilla y el chocolate se pueden derretir también en un cazo a fuego lento, pero con cuidado de que no se os queme, sólo que se deshagan ambos ingredientes lentamente. Después los mezcláis bien con una cuchara y se reserva.

En el paso de batir los huevos con el azúcar, estar un buen ratillo, para que el azúcar se integre lo más posible. Yo una vez no lo batí demasiado y el azúcar se notaba al morder el brownie y no quedó nada bien. Un desastre del que se aprende.

Si podéis, tamizar la harina al echarla en la mezcla. Ya sabéis, pasarla por un colador para que caiga más fina. No es imprescindible, pero así evitáis los grumillos y es más fácil de integrar.

Para que el brownie se despegue mejor del molde donde se vaya a hacer y para manchar menos, os aconsejo que forréis el molde con papel vegetal de horno. Para que se adapte bien tengo un truco: pincelar primero el molde con un poco de aceite y después poner el papel, para que se “pegue”, como se ve en la foto.
No os preocupéis si el brownie se resquebraja por arriba o no sube cuando esté haciéndose en el horno. Como no lleva levadura, no va a subir, se trata de un postre bajo y compacto. La capa que queda arriba se vuelve crujiente cuando se está haciendo y es fácil que se rompa, pero eso no le quita que esté rico, rico. Además, cuando lo vayáis a servir y lo cortéis, se os va a romper igual, ¡je,je!, así que fuera preocupaciones.

Lo bueno de este postre es que se puede hacer el día antes de comerlo o por la mañana si lo vais a preparar como postre de una cena. Listo en media hora y un problema menos.

Aunque el brownie esté frío porque se ha hecho antes, la manera más rica de comerlo es calentito. Cuando los vayáis a servir, cortarlo en cuadraditos (según comensales y goloseo de cada uno) y calentarlo unos segundos en el microondas. Luego, se coronan con una buena bola de helado. El ideal, de nata o vainilla, pero admite cualquier sabor que os guste.

Otra cosa genial del brownie. Si sobra (que es poco probable) se puede congelar en porciones (más cómodo) y sacarlo cuando se quiera comer. Sólo hay que calentarlo un poco y a disfrutar del chocolate…¡por eso es el postre (casi) perfecto!

6 comentarios:

Liliana Fuchs dijo...

Yo te aseguro que soy una total amante-apasionada-adicta del chocolate (cuanto más puro mejor), así que el brownie me encaaanta, y además con su corona de helado, como debe ser :D
Pero curiosamente nunca me he decidido a hacerlo... Tengo guardada una receta de brownie de un cursillo de repostería que hice y que por alguna razón aún no me he animado a probar en casa. Viendo tus fotos me dan ganas de buscar la receta ahora mismo :P

Un beso

Bea la cocinillas dijo...

Pues ya estás tardando en hacer esa receta, que seguro que es mucho más elaborada y rica que la mía...y luego la compartes, eh? Pero, si no te quieres complicar, te aconsejo esta, que se hace en un periquete y se disfruta después lentamente, jeje!

Anónimo dijo...

A mi las recetas que llevan chocolate es que me chiflan, son mi perdición esta receta tuya tiene que estar de li cio sa!!.
Un beso
( te invito a darte una vueltita por mi blog)

Bea la cocinillas dijo...

Mari,
muchas gracias por la invitación, ahora mismo me voy "de paseo" por tu blog a ver buenas recetas para seguir aprendiendo.
Besos

Anónimo dijo...

Hola, Bea.

Lo prometido es deuda, en cuanto me escribas te mando mi receta, que va a ir directa a la sección de 'chocolate', y que es bastante parecida a la del brownie, pero lo suficientemente distinta como para que igual descubras un nuevo bizcocho delicioso... jejeje. Un beso. Reyes.

Bea la cocinillas dijo...

Reyes,
estoy esperando ansiosa tu recetilla. Gracias por darte una vuelta por mi humilde blog, jiji!